Horario alemán

Hoy por fin parece que me estoy recuperando… porque ayer fue un Lunes… muy Lunes…
Fin de semana en Madrid: Cena por Lavapiés (en la Musa de Espronceda…me he acordado!), de cañas por Malasaña, vaso leche con cola-cao y bizcocho de yogurt antes de acostar-se, de conciertos en el Universimad (gran desayuno de patatas y minis mientras bailábamos con los modernos al ritmo de la Habitación Roja), comilona en el poblado, siesta (en esa casa es sagrada!), excursión hasta Méndez Álvaro a recoger a tita Sofi, actividad cultural-festiva en el Museo del Traje (anda que no aprendimos!), cenita de raciones, sentada en la Gran Vía con la cerveza de la china para festejar los 100 Anos de la Gran Vía (comentario general… “Tío, que estamos de botellón en Gran Vía!”, que graciosos estos jóvenes), mojitos en el Taskópolis (no encontré mi foto… la daremos por perdida…), otro vaso leche con cola-cao y bizcocho de zanahoria, paseo, rastro, cañas con Wyoming, compras, Achuri, paseo, café en el Comercial de Bilbao absorbiendo el sol primaveral de Madrid (lo necesitaba taaaanto!), paseo, maleta, despedidas y un largo camino hasta Frankfurt (es lo que tiene volar con Ryanair y querer aprovechar el finde…)
Así que después de llegar a casa a las mil, se levanta una un Lunes a las 7.30 de la mañana con sus ojeras y… se encuentra con los operarios del gas en casa!
Y claro, aparte de tener que esquivarlos para entrar al baño… una descubre justo cuando ya se ha metido en la ducha… que no hay agua caliente… pues… han cortado el gas! Mecagüenláaaaa!!! Susto o muerte!!! Susto!
Se puede empezar a trabajar a estas horas? No hay otro momento para dejar la casa sin agua caliente? A qué hora se levanta aquí la gente para que te vengan a mirar el gas a las 7.30 de la mañana??? Esto se hace mínimo a las 10, “jolines”.
Así que …ducha de agua fría (así se despierta cualquiera!), vístete con lo que sea (no hay mucho que elegir, hay que poner lavadoras!), y sal corriendo con la bici (ojo no atropelles a nadie con las prisas!)
En la oficina me esperaba, por suerte, una tacita de café y una “post eingang” llena de correitos en alemán.
Cuando salí de casa había sol… cuando entraba en la oficina cayó el primer chaparrón del día.
Bienvenida de vuelta a tu nueva realidad…