divendres, 5 de març del 2010

Nuevo miembro en la familia

Este es el nuevo miembro de esta peculiar familia… un inglés, un alemán y una catalana (como en los chistes...)
Esta noche, después de contarle a David mis más y mis menos de la semana, sentados en los taburetes de la cocina o apoyados en los marcos de la puerta de mi habitación (es lo que tiene no tener wohnzimmer…), ha aparecido por la puerta con una planta, más concretamente con una menta.
Aunque parezca estúpido me ha hecho una ilusión tremenda! En casa siempre teníamos menta, ya fuera para hacer té o mojitos, según el momento, la motivación o la temporada :P. De hecho mi menta se quedó en adopción en casa de mis padres, espero que siga allí cuando vuelva!
Esta menta está destinada a servir más para mojitos (los ingleses beben mucho, y hay que demostrarlo!) o a morir joven… David no le da más de 15 días. Yo espero encontrarla aun aquí cuando vuelva de mi fugaz visita a casa. Es nuestro objetivo de Marzo, lograr que la menta llegue a Abril, para celebrarlo con un mojito!
No ha sido una semana fácil, pero el post de “Más allá de 365 sonrisas”, la lectura de un post sobre los “sin-ilusión” que me ha recomendado un amigo y la planta de David me han devuelto mi sonrisa. A veces tener a sin-ilusiones cerca es contagioso y pueden amargarte un poco. A veces, igual que los pequeños detalles que cuenta Marta te alegran el día y te dibujan esa agradable sonrisa, esos mismos pequeños detalles o comentarios pueden crear una nube gris sobre ti que parece que no vaya a desaparecer nunca…
No a veces, si no a menudo, las cosas, tanto buenas como malas, me afectan más de lo que deberían. Como me gustaría que solo lo hicieran tan profundamente las buenas, y las malas pasaran más desapercibidas, pero supongo que los caracteres de las personas son como los matrimonios… para lo bueno y para lo malo :P
Si la planta sobrevive… os iré informando!

1 comentari:

365 sonrisas ha dit...

Me alegro de que disfrutes de los pequeños detalles, siempre los tenemos delante y nunca nos damos cuenta. A todo lo que normalmente nos pasa desapercibido, deberíamos prestarle toda la atención, pues es donde casi siempre está la felicidad. Me despido con 365 sonrisas con sabor a menta