divendres, 18 de juny del 2010

Mujeres enérgicas

"Qué significaba ser lo que sus amigos llamaban una mujer enérgica? Aunque pretendían que lo pareciese no conseguían que sonase un epíteto halagador; ella lo sabía. Era una crítica negativa. Si se dice de una mujer que es enérgica, se quiere decir que obtiene lo que quiere de un modo demasiado directo, que no es bastante mujer, que es obstinada, poco delicada. Resultaba casi tan insultante como decir de un hombre que tiene un carácter débil. Pero sus amigos íntimos habían tomado la costumbre de utilizar la palabra abiertamente para describirla. “Me lo dicen a la cara”, pensó con una mezcla de resentimiento y satisfacción. Era como si, aceptando esa mentira contemporánea que las mujeres deben tener los mismos objetivos y capacidades que los hombres, supusieran que todas las cualidades que significaban una virtud en el hombre eran igual de deseables en una mujer. Pero cuando escuchaba la palabra “enérgica”, utilizada en relación con ella, aun sabiendo que era perfectamente cierto y que carecía de intención de menosprecio se sentía inmediatamente como una especie de poco agraciada bestia depredadora, y la sensación no le gustaba. Había algunas desventajas muy concretas que se ligaban al hecho de ser así clasificada: en cualquier situación en que sería natural esperar un gesto de inquietud por su bienestar procedente de los varones del grupo, eran siempre las demás mujeres quienes recibían la atención. La opinión general, a veces manifestada en alta voz, es que ella sabía cuidarse a si misma."



                                                                                                                   Pail Bowles
                                                                                                                   Déjala que caiga