dimecres, 10 de febrer del 2010

Nevada débil


Esta mañana la ciudad volvía estar blanca. Pero hoy era un blanco especial. Una débil nevada ha caído esta noche y ha dejado la ciudad bajo un fino manto blanco. Es tan fino que parece que soplando se pueda quitar, igual que el azúcar encima de un pastel.
Y realmente es así. Salgo de casa tapada hasta las cejas y una helada brisa hace que mis ojos se humedezcan. Esta misma brisa aparta el manto de nieve que hay en el camino, abriéndome paso para que no llegue tarde a mi cita. La nieve vuela como si fuera la blanca arena de algunas playas… la playa…mmm…
A pesar del frio las calles están llenas de gente. No puedo evitar mirar a los niños enfundados en gordos anoraks (me recuerdan a Kenny de South Park :O) con sus naricillas rojas del frio. Hoy me he dejado el gorro en casa. Socorro, ya no me siento las orejas!
Después de un largo paseo por fin hemos llegado. Me miro en el espejo y mi nariz y mis orejillas están rojas, casi lilas! Enciendo el PC. Nuestro informático nos ha configurado el PC de forma que en el escritorio encontremos siempre la imagen de esas bolas de nieve con las que jugábamos cuando éramos chicos y que tenían dentro un Papa Noel o una casita de madera :P. En este caso hay la imagen de los rascacielos de Frankfurt. Hoy dice que será un día medio soleado y la temperatura… Menos 4 grados! Brrrrr