Esta mañana oía en la radio que un estudio, de estos tan útiles, revelaba que los niños españoles descubren el misterio de los Reyes Magos a los 8 años, de media.
Los catalanes lo descubren antes, a los 6, mientras que los madrileños son quienes lo descubren más tarde (ingenuos…)
Yo, a mis 20 y tantos, sigo alimentando el misterio limpiando mis zapatitos, dejando agua para los camellos y dulces y vino dulce para hacer más fácil la ardua tarea de quienes reparten sonrisas.
Este año, ayudaré a Pau a limpiar las suyas e intentaremos que esta ilusión no se le vaya nunca.
Y este año he pedido una nueva ilusión!
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